La que hoy se conoce como industria textil en colombiana tuvo su origen a comienzos del siglo XX, en Medellín, al noroccidente del país. Hacia 1907 se construyeron en esta ciudad las dos primeras grandes fábricas Coltejer y la Compañía Antioqueña de Hilados y Tejidos que hoy hace parte de Fabricato. Éstas comenzaron a generar nuevas fuentes de generación de empleo, así como la creación y decuación de nuevas tecnologías. Durante los últimos años, estas dos empresas han proporcionado los driles, índigos, popelinas y corduroy de la más alta calidad, así como géneros y gabardinas en algodón al mercado interno y a los mercados latinoamericanos, norteamericanos y europeos (www.inexmoda.com).
Algunas de las empresas de este segmento, pueden manejar dos colecciones por año para sus productos, y desarrollan en períodos intermedios algunos requerimientos hechos por parte del cliente. Los procesos de innovación se dan asistiendo a ferias internacionales, y en muchos casos por requerimiento de clientes que han tenido acceso a productos importados y ven en las grandes textileras la oportunidad de desarrollar productos al interior del país acorde a sus necesidades. Las empresas de este segmento, cuentan con personas dedicadas a la investigación y desarrollo que se orientan al adelanto de nuevos productos acorde a las necesidades del mercado, por otro lado, los procesos de capacitación de su personal base, se hacen a través del SENA, en programas de desarrollo de tecnologías textiles; sin embargo se ve una reiterada necesidad por parte de la industria textil, en mayores profesionales con formación técnica en procesos textiles con la capacidad técnica y la flexibilidad de atender varias operaciones del proceso productivo.
Aunque la gran industria textil cuenta con la capacidad suficiente en la producción de textiles básicos (índigos, driles) para abastecer el mercado local e inclusive lograr exportaciones de forma directa o indirecta a través de comercializadores internacionales, se puede notar que muchos de los procesos productivos se encuentran sub utilizados, y que las líneas rígidas de producción ofrecen baja flexibilidad a razón de mayores volúmenes de producción, sin embargo, mucha de la sub utilización presentada, se da debido en gran parte a las caídas de las demandas de los clientes, dadas por el hecho de que muchos confeccionistas encuentran en materias primas importadas, textiles con acabados novedosos y que se amoldan mas a los requerimientos del cliente final consumidor de prendas confeccionadas, lo anterior, ha colocado a las textileras en una posición difícil en la cual tienen claro que es necesario el desarrollo de productos con mayor valor agregado, y versatilidad, que conlleva a su vez a disminuir costos de producción a través de mayores eficiencias productivas, pero siendo consciente que dichas
eficiencias no se logran por que mucha de la maquinaria cuenta con más de 25 años de uso, e iniciar un proceso de reconversión tecnológica implica altos costos en maquinaria y equipos.
eficiencias no se logran por que mucha de la maquinaria cuenta con más de 25 años de uso, e iniciar un proceso de reconversión tecnológica implica altos costos en maquinaria y equipos.
Aunque en la actualidad el mercado está requiriendo prendas textiles que vayan más allá de los básicos (índigo, driles), los costos que se presentan en muchos casos para lograr telas más suaves y con mayor tacto o apariencia, son significativos debido a todos los procesos de acabados químicos y físicos, a los que se debe someter el producto para aumentar la funcionalidad de la tela y hacerlos más agradables a la hora de usarlos. En el caso de los materiales químicos necesarios para lograr acabados anti bacteriales ó distintas texturas de la tela, son bastante altos y onerosos, lo que implica que muchos productos de valor agregado se desarrollen para mercados específicos como el militar o institucional. Dentro de este segmento, se encuentran principalmente empresa de los siguientes departamentos:
La empresa más importante del país es Textiles Fabricato Tejicóndor, que para el año 2008, registró ingresos por el orden de los $ 579.700 millones de pesos y cuenta con activos que superan los $ 1.2 billones de pesos. Sus filiales conforman desde el año 2002, un grupo empresarial edicado al negocio textil, resultado de la fusión de dos de las empresas textiles más tradicionales del país: Fábrica de Hilados y Tejidos el Hato (Fabricato) y Textiles El Cóndor (Tejicóndor). Esta cuenta con 5 plantas de producción a nivel nacional, ubicadas cuatro de ellas en el departamento de Antioquia, en los municipios de Bello con dos plantas, Barbosa con una planta y Rionegro con una planta; y a partir de 2005, cuenta con una planta en la ciudad de Ibagué en el departamento de Tolima. Así mismo, a nivel internacional, la empresa posee plantas en los países de México, Venezuela y Ecuador.
En el departamento de Antioquia, está la segunda empresa más grande del país que es la Compañía Colombiana de Tejidos S.A. – Coltejer, y que registró para 2008, ingresos de $ 178.980 millones y activos totales de $ 615.000 millones. Fundada en 1907, Coltejer señala el comienzo de una época propicia para la incursión de la industria textil en el país. En la actualidad la compañía procesa anualmente 30.000 toneladas de fibra (algodón, poliéster, lino y nylon) en 186.776 husos y produce 100 millones de metros cuadrados de tela en 1.305 telares.
En lo que a la diversificación se refiere, Coltejer se involucra en la producción de insumo para el sector de confecciones en general, y cuenta en su haber, con más de 60 comercializadores de su producto a nivel nacional, en ciudades como Armenia, Barranquilla, Bogotá, Bucaramanga, Cali, Cúcuta, Medellín, Ibagué y Pereira entro otras. Así mismo, esta empresa fue en 2008, comprada por el grupo Kaltex de México.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario